Ha pasado un año desde que inauguré este blog con este “mi primer Post”. Lo releo ahora, 12 meses después y me parece increíble que me hayan pasado tantas cosas en tan poco tiempo. Y no hablo de las más de 2 millones y medio de visitas que llevamos, ni de las múltiples ofertas de publicidad que he recibido para incluir en este blog y que he rechazado.

Hablo de las emociones que me habéis hecho sentir todos y cada uno de vosotros. Emoción, un pilar básico en mi vida.

Me rodeo únicamente de gente que me emociona, que me hace sentir cosas bonitas.

Sólo leo lo que de verdad me llega, si en las primeras 70 páginas el libro no ha conseguido emocionarme, se acabó lo que se daba.

Sólo escucho música que me hace cantar como una loca en el coche de camino al trabajo o que consigue ponerme la piel de gallina al salir de una guardia pesada.

Sólo me gusta ver películas que me lleguen ahí, a lo más hondo, que me arañen el alma.

Y en cuanto a la gastronomía, sí, me gusta que me sorprendan, eso es, que me emocione, que me haga cerrar los ojos y soltar un:

  • Hmmmmm… calla un momentín que no me concentro ¡Esto esta buenísimo!- le dije a mi chico mientras me deshacía con un tartar de atún de un restaurante que me recomendó una paciente, ahora también amiga. Gracias Alicia.

Todos los que me leéis, los que desde el principio habéis estado ahí, los que os acabáis de incorporar. Gracias también a los que me leéis pero no comentáis, por pudor, por falta de tiempo, por lo que sea. Gracias como no, a los que sí comentáis las entradas que publico. Os leo a todos. Este post va dirigido a vosotros. Os leo a todos, repito. Me encantaría poder contestar a todas vuestras preguntas pero no os podéis ni imaginar la avalancha de mensajes, emails y comentarios que recibo al día, no solo en el blog, también en facebook, en twitter y en instagram. Os leo. Intento responder, pero mi vida no da para más.

Los que me conozcáis un poco sabéis lo importante que es para mí el tiempo, creo que es lo más valioso que tenemos. Por eso a veces me enfado un poco cuando llegáis demasiado tarde a la consulta. Hace poco “reñí” a una de mis pacientes porque había llegado más de media hora tarde y justamente ese día, definitivamente, no era mi día. Al llegar por fin a casa, me encontré con un email de ella: “Hasta cuando te enfadas eres bonica” – me decía. Gracias Leti, eres una madre maravillosa.

El tiempo,  lo único que se escapa de nuestra mano, que inexorablemente se va, se aleja. Que no se compra con dinero tampoco. Y ese tiempo es el que en ocasiones os robo a vosotros no contestando a vuestras preguntas en el blog, para regalárselo a mis hijos al llegar de trabajar.

Aún así, estoy tan satisfecha por la cantidad de experiencias que hemos compartido, que hoy tengo la necesidad de decíroslo, así, sin más: GRACIAS.

Gracias por leerme. Gracias por seguirme. Gracias por compartir mis artículos. Gracias por no juzgar cuando habéis leído algo que no os ha terminado de encajar con vuestro sentir. Gracias a todos mis “locos bajitos” de la consulta, a sus mamás, a sus papás…

Gracias por compartir conmigo esta ilusión, realmente la habéis vivido a mi lado. Gracias por vuestras risas y vuestras bromas. Gracias por vuestras lágrimas también. Hoy justamente se lo decía a un papá que venía desanimado, cansado y ahora convaleciente de una repentina enfermedad:

  • Qué año más malo, Lucía, no puedo más – me decía abatido.
  • Sí, puedes. Todo pasa… verás que todo pasa- intenté consolarle mientras le limpiaba los mocos a su hijo ahora febril.

Tras hablar un rato con él me arrancó una sonora carcajada cuando me dijo:

  • Bueno, ¿Cuándo tenéis la cena de empresa? Porque últimamente he venido tantas veces aquí que soy uno más!

Ja,ja,ja. Y tiene razón.

Gracias a todas las madres que en las noches de insomnio me leen, gracias a todos los padres que también lo hacen. Gracias por todas y cada una de vuestras palabras de ánimo cuando habéis sabido leer entre líneas que no estaba pasando por un buen momento. Sí, muchos de vosotros sin conocerme, ya empezáis a hacerlo. ¿Sabéis que tengo un archivo al que le he llamado: “Comentarios tesoro”? Sí, todos aquellos comentarios que han llegado ahí, al estómago con un cosquilleo, al corazón con un ritmo acelerado o a la piel con un escalofrío, los he guardado. Es el mejor de los regalos que llevo en esta maleta de este viaje que espero dure muchos años.

Gracias a todos “mis niños” que me besan, me abrazan y me llenan las mejillas de mocos cada día! Gracias a todos los pequeños e inocentes espontáneos que sin darme cuenta se meten debajo de mi mesa y aparecen entre mis piernas o se cuelan por detrás de mi silla e intentan cotillear lo que escribo en el ordenador. Gracias, niños,  por mantener el secreto de lo que guardo en el tercer cajón.Je,je.  ¡Qué maravillosa inocencia!

¡Qué profesión más bonita tengo!

Gracias a todas las personas que me paran en Mercadona, o sentada en una cafetería de un centro comercial  o en la consulta del especialista de otro hospital desconocido para mí. “Soy súper fan”– me dicen unas. “Me encanta lo que escribes”– me dicen otras. “¿Eres tú? ¡No puede ser!”– me espetó una simpática dependienta del supermercado. Gracias a todas porque en todas vosotras he sentido la autenticidad de vuestras palabras. Gracias.

Gracias a los miles y miles de lectores que me habéis llevado a los Oscars de la blogosfera, los Premios Bitácoras. El próximo viernes viajaré a Madrid a estar en la gran gala. Este post lo escribo hoy, gane o no gane. Y no digo gane o pierda, porque yo ya he ganado. Os he ganado a todos vosotros. Me habéis cambiado la vida. Sois fuente inagotable de inspiración. Gracias a vosotros he escrito un libro maravilloso donde me he dejado el alma y que verá la luz en Marzo. Hace unos días se lo decía a mi editor: “Me da igual ya que venda o no venda. Esto ha sido una experiencia vital para mí. Sin ninguna duda ha sido y está siendo un viaje inolvidable” Y todo ello es gracias a vosotros.

Gracias porque en muchos de los post ahondo en mis más profundas emociones y me ayudan a mí también. Sí, creo que desde que empecé con esta experiencia soy mejor madre, lo creo de verdad. Gracias también por esto.

Así que aunque hoy estaba previsto publicar un post diferente, una vez más he hecho caso a mi intuición y a mi instinto y en un ratito de respiro que me han dado mis hijos, os he escrito estas líneas.

Gracias a todos por formar parte de mi vida.

Gracias2

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